Sólo cinco días después de que la ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez, manifestara en público sus dudas sobre la legalidad de la Ley de libre elección y área única madrileña, su ministerio confirmó ayer que ha renunciado a impugnar la norma autonómica. Jiménez aseguró que la ley, aprobada en noviembre pasado y que aún no ha entrado en vigor, podría presentar "incompatibilidades" con la Ley General de Sanidad.
En concreto, lo que preocupaba a su ministerio era la supresión de las 11 áreas sanitarias en que se divide actualmente la región para crear una única área que englobará a casi seis millones y medio de habitantes. El consejero de Sanidad, Juan José Güemes, mantiene que para permitir la libre elección de médico y enfermera es necesario "eliminar barreras administrativas". Las sociedades científicas siempre le han contestado que, en realidad, la libre elección ya existe y que no hay ninguna necesidad de cambiar un sistema que, hasta ahora, ha funcionado bien.
La norma estatal establece que las áreas de salud deben tener entre 200.000 y 250.000 habitantes. Pero, según explicó ayer el secretario general de Sanidad, José Martínez Olmos, "permite excepciones". El ministerio aseguró ayer que no hay "base jurídica" para llevar la norma al Constitucional. El lunes pasado la ministra, que hasta entonces nunca se había pronunciado sobre el tema, anunció que sus servicios jurídicos estaban revisando la norma autonómica porque su legalidad planteaba dudas.
El plazo para impugnar la ley, que debía hacerse mediante un recurso de inconstitucionalidad, terminaba a mediados de febrero, al cumplirse tres meses desde su publicación en el Boletín Oficial. El Ministerio de Sanidad ha recibido durante esta semana nuevas explicaciones de la consejería madrileña sobre cómo piensa organizar internamente el área única, que al final le han convencido de que la impugnación no iría a ninguna parte."La viabilidad jurídica de un recurso es dudosa", aseguró ayer el secretario general de Sanidad, José Martínez Olmos. Entre las declaraciones de la ministra, el lunes pasado tras reunirse con los sindicatos UGT y CC OO, y la decisión de ayer han mediado varias comunicaciones con la Consejería de Sanidad madrileña. El departamento que dirige Juan José Güemes ha explicado en mayor detalle cómo piensa organizar internamente el área única, explicó Martínez Olmos. "El desarrollo normativo asegura la coordinación entre la atención primaria y la especializada", añadió.
Después de consultarlo con el Ministerio de Política Territorial -encargado de presentar el recurso de inconstitucionalidad, llegado el caso-, el ministerio de Jiménez ha llegado a la conclusión de que la norma autonómica respeta la Ley General de Sanidad porque ésta permite excepciones y son las propias comunidades autónomas las que, en su marco de competencias, establecen esas excepciones. Según el ministerio, la consejería piensa respetar las zonas básicas de salud, divisiones más pequeñas que las áreas que suelen corresponder con la población asignada a un centro de salud. Jiménez aseguró el lunes que la creación del área única "dificultaría la propia gestión, organización y funcionamiento de los servicios sanitarios".
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