miércoles, 16 de diciembre de 2009

Nuestro futuro con poco carbono

Un acuerdo mundial sobre el cambio climático es urgentemente necesario. Las concentraciones de dióxido de carbono y de otros gases que provocan el efecto de invernadero en la atmósfera han alcanzado las 435 partes por millón (ppm) de CO2 equivalente, frente a unas 280 ppm antes de la industrialización en el siglo XIX.

Si seguimos lanzando emisiones como hasta ahora con actividades como la quema de combustibles fósiles y la tala de bosques, las concentraciones podrían alcanzar las 750 ppm al final del siglo. De ser así, el probable aumento de la temperatura media mundial respecto de los tiempos preindustriales será de 5ºC o más.

Hace treinta millones de años que la temperatura de la Tierra no era tan alta. La especie humana, que no lleva más de 200.000 años en ella, tendría que afrontar un medio físico más hostil que nunca. Las inundaciones y las sequías se volverían más intensas y los niveles mundiales del mar serían varios metros más altos, con lo que alterarían gravemente las vidas y los medios de subsistencia y causarían movimientos de población en gran escala y conflictos inevitables en todo el mundo. Algunas partes de éste quedarían sumergidas bajo el agua; otras se volverían desiertos.

Los países en desarrollo reconocen la injusticia de la situación actual y sienten irritación ante ella. Los niveles actuales de gases que provocan el efecto de invernadero se deben en gran medida a la industrialización en el mundo desarrollado desde el siglo XIX. Sin embargo, los países en desarrollo son los más vulnerables ante las consecuencias del cambio climático, que amenazan el crecimiento económico necesario para superar la pobreza. Al mismo tiempo, no se pueden reducir las emisiones al ritmo necesario sin la fundamental contribución del mundo en desarrollo.

En la actualidad, las emisiones anuales por habitante en la Unión Europea ascienden a 12 toneladas y a 23,6 toneladas en los Estados Unidos, frente a seis toneladas en China y 1,7 toneladas en la India. Como las proyecciones correspondientes a 2050 indican que la población mundial ascenderá a unos 9.000 millones, se deben reducir las emisiones anuales por habitante a dos toneladas, aproximadamente, de CO2 equivalente, por término medio, para que el total anual mundial ascienda a menos de 20 gigatoneladas.

Los países en desarrollo necesitan ayuda y apoyo importantes de las naciones ricas para ejecutar sus planes de crecimiento económico con poco carbono y adaptarse a los efectos del cambio climático, que serán ya inevitables en los próximos decenios. Además, los países desarrollados deben prestar un importante apoyo a las medidas encaminadas a frenar la desforestación en los países en desarrollo y para reducir las emisiones en gran medida y rápidamente y con un costo razonable.

No hay comentarios:

Publicar un comentario