Las cifras absolutas son las mejores de la historia: más de 1.600 donantes y 4.000 operaciones de trasplantes en un año. Pero este éxito queda algo deslucido cuando se calculan las tasas por millón de habitantes: 34,3 donantes por millón de habitantes, la misma que en 2007 e inferior a las alcanzadas en 2004 y 2005. La cifra sigue siendo récord mundial y con diferencia: en EE UU la tasa está en 26,3, y en la UE en 18,1.
La explicación de estos datos ofrecidos ayer por la ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez, es doble. Por un lado, parece que se ha alcanzado un techo. España es, de manera destacada, el país del mundo en el que, proporcionalmente a su población, más donaciones y trasplantes se hacen. No hay forma de saber cuál es el límite natural de esta tendencia. Los objetivos de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT) son llegar a los 40 donantes por millón de habitantes. Pero desde que en 1998 se rebasó la proporción de 30 la curva de la evolución muestra un estancamiento.
El otro motivo es fácilmente evaluable: la caída de los accidentes de tráfico hasta niveles de hace 40 años han reducido mucho la cifra de posibles donantes.
Otra vía que explora la ONT es aumentar los trasplantes de donante vivo. Los datos muestran un incremento del 50% en los renales, que han pasado de 156 en 2008 a 235 en 2009. Esta modalidad representa ya el 10% de todos los trasplantes renales efectuados. Asimismo, el trasplante de hígado de donante vivo ha aumentado en un 3,6%, con un total de 29 durante el pasado año.
Pruebas de la evolución
Hace 8 años
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